Navegación en incógnito.

Aunque es más que eso, el modo de navegación en incógnito es una forma de navegar ignorando las cookies, y sin dejar un registro en nuestro equipo, de las páginas que hemos visitado, que ahora ya no se guardan en el historial. Una sesión de navegación en modo incógnito finaliza en el mismo momento en que se cierra el navegador o las ventanas de incógnito.

Cada navegador le da un nombre. Chrome lo llama “ventana de incógnito”, Explorer “exploración InPrivate”, Edge “ventana InPrivate”, Mozilla y Opera “ventana Privada”, etc, pero a grandes rasgos, todos nos permiten lo mismo, aunque cada uno lo haga a su manera.

Las cookies son pequeños archivos de texto que los sitios Web guardan en nuestro ordenador, y al volver a visitarlos nos recuerdan, por ejemplo, nuestros datos de identificación, o bien los productos que hemos buscado en una tienda online.

Así podemos ver que las cookies son tanto útiles para nosotros con usuarios de Internet, como para las grandes marcas comerciales, que se valen de ellas para mostrarnos publicidad en función de lo que ya hemos buscado antes.

Al usar el modo de navegación en incógnito, nosotros perdemos funcionalidades, pero quien más pierde, son las marcas comerciales, ya que su publicidad ya no está dirigida a un usuario en base a sus intereses o preferencias. De ahí que grandes empresas como Google, que es la propietaria del navegador Chrome, no de demasiada publicidad ni información sobre la navegación de incógnito.

Dicho esto, cuando usamos este modo de navegación, ese continuo y molesto anuncio de “Le informamos que este sitio Web usa cookies para mejorar…” resulta irrelevante. Las cookies aportan un valor, pero seamos nosotros quienes decidamos cuándo nos valemos de ellas y cuándo no, porque cookies, usan todos los sitios Web (o casi todos).

Usando el modo de navegación en incógnito, también podemos prevenir ataques contra nuestros equipos. Si bien una cookie es inofensiva por naturaleza, sí puede desencadenar una acción potencialmente peligrosa para nuestros equipos. Un programador malintencionado puede, por ejemplo, programar una cookie que, instalándose hoy, permanece inactiva durante un cierto periodo de tiempo, y por ejemplo, pasado un mes, puede generar un redireccionamiento a una página Web desde la que se descarga de manera automática un virus. Ese virus ya sí puede ser un riesgo potencial para nuestros equipos y para nuestra privacidad.

Es muy recomendable usar el modo de incógnito de los navegadores cuando usamos equipos que o bien son de acceso público, o pertenecen a otras personas. Así, no solo evitaremos que otros sepan qué Web visitamos, también evitamos que, accidentalmente, podamos haber dejado abierto el acceso a nuestro correo electrónico o a cualquier otra Web de acceso sensible, como son las tiendas online.

No usar cookies tiene ventajas, pero también inconvenientes, si visitas sitios Web de dudosa reputación, aunque no sea una garantía de seguridad, evita las cookies usando la navegación en incógnito y harás que el ciberataque sea más complicado para los hacker.